¿Por qué Labubu se ha convertido en un fenómeno global?
Joy
11 jun 2025
Labubu es un personaje de juguete de diseño coleccionable que en 2024–2025 ha saltado de las vitrinas de Pop Mart a la cultura popular mundial. A simple vista es un pequeño monstruo de peluche con orejas largas y una sonrisa de nueve dientes afilados, mezcla curiosa de ternura y aspecto travieso. Pero detrás de esa estética “cute-creepy” (tierna pero inquietante) hay toda una estrategia y un fenómeno cultural. A continuación, analizamos las razones culturales, las estrategias de marketing, la comparación con otros juguetes de diseñador, la popularidad por regiones y resumimos datos clave en tablas y gráficos para entender el éxito global de Labubu.

1. Razones culturales y sociales de su popularidad
Diseño único y nostalgia: Labubu forma parte de la tendencia kawaii pero con un giro “creepy-cute”, es decir, “aterradoramente tierno”. Su aspecto mezcla lo adorable (cuerpo rechoncho, ojos redondos) con elementos pícaros (dientes serrados, risa traviesa). Este contraste lo hace memorable y fotogénico en redes sociales. Además, Labubu proviene de un universo narrativo inspirado en mitos nórdicos y cuentos ilustrados de la infancia de su creador, lo que añade un aire de nostalgia de cuento de hadas. Algunos expertos señalan que Labubu ha sabido fusionar ternura, lujo y nostalgia de forma similar a juguetes icónicos del pasado (como los Cabbage Patch Kids o Furbies), conectando emocionalmente con distintas generaciones.
Influencias de la cultura pop y celebridades: La explosión global de Labubu se debe en parte a su adopción por figuras influyentes. Todo comenzó cuando Lisa (BLACKPINK), estrella del K-pop, mostró en 2024 sus Labubus en Instagram y TikTok, declarando que eran su “obsesión secreta”. Sus publicaciones fueron vistas millones de veces, detonando la curiosidad mundial. Pronto otras celebridades se unieron: Rihanna, Dua Lipa, Kim Kardashian, Madonna, David Beckham, Simone Biles, Hilary Duff, entre muchos, han sido fotografiados con Labubus o compartieron sus propias colecciones en redes. Rihanna, por ejemplo, lució un Labubu de edición Lychee Berry adornando su bolso Louis Vuitton, posicionándolo como accesorio de moda alternativo de lujo. De hecho, no es raro ver Labubus colgando de bolsos Hermès, Chanel o Louis Vuitton de las fashionistas, convirtiéndose en un “charm” de lujo que evoca a la vez humor y estilo. Esta validación por celebridades trendsetters consolidó a Labubu como objeto de deseo aspiracional.
Viralidad en redes sociales: Labubu es un fenómeno nativo de la era TikTok. La mecánica de compra mediante cajas sorpresa hace que cada “unboxing” (apertura de caja) sea un momento de suspenso ideal para video. En TikTok, millones de usuarios han compartido videos mostrando qué figura les tocó, intercambiando diseños o presumiendo sus colecciones. Tan solo en un mes de 2024, el hashtag #Labubu generó más de 1,3 millones de videos, acumulando decenas de millones de visualizaciones. Estos unboxings y reacciones generaron un efecto bola de nieve: cuantos más videos virales aparecían, más gente quería sumarse a la tendencia. La comunidad en línea alimentó el fenómeno, creando un ciclo en el que “la comunidad se convierte en la marca”. Incluso se popularizaron trends, como usuarios combinando sus Labubus con mini bolsas de supermercado de colores pastel (por ejemplo, de Trader Joe’s) para crear una estética visual entre infantil, excéntrica y chic. En resumen, Labubu conquistó TikTok, Instagram y Weibo, transformándose en meme, accesorio fotográfico y tema de conversación global.
Conexión emocional y narrativa: A diferencia de muchos juguetes virales vacíos de contexto, Labubu tiene trasfondo narrativo. Nació en 2015 en los libros ilustrados The Monsters del artista Kasing Lung, ambientados en un bosque fantástico de elfos traviesos. Este storytelling le dio un alma y personalidad propias: según la historia oficial, Labubu es un pequeño monstruo travieso pero de buen corazón, siempre intentando ayudar aunque a veces cause líos. Los fans sienten que coleccionan un personaje con identidad, no solo un objeto. Esta conexión emocional –alimentada por la historia, el arte y hasta planes de una serie animada en 2025– genera empatía y lealtad más allá de la mera novedad comercial. En países como Tailandia, la imagen de Labubu se volvió tan querida que muchos la convirtieron en amuleto de buena suerte, llevándola en talismanes budistas o tatuajes sagrados, creyendo que atrae fortuna. Así, Labubu trascendió la categoría de juguete para convertirse en ícono cultural y simbólico.
Resumiendo: Labubu combina una estética atractiva y distinta, la dinámica social de las redes (comunidad global de fans, challenges de unboxing), el respaldo de celebridades y un factor nostálgico-emocional en su narrativa. Todo esto en sintonía con tendencias actuales (culto a lo mono, cultura del coleccionismo, búsqueda de conexión emocional en objetos) ha impulsado su popularidad a nivel global.

2. Estrategias de marketing y distribución de la marca
Detrás del fenómeno Labubu está Pop Mart, una empresa china especialista en juguetes de diseñador coleccionables. Pop Mart, fundada en 2010, pasó de ser una tienda pequeña en Beijing a una de las mayores jugueteras cotizadas de Asia. Su éxito no es casual: ha aplicado con Labubu tres estrategias clave de marketing y distribución que alimentaron la fiebre global.
Escasez y sorpresa (Estrategia blind box): Pop Mart comercializa Labubu a través de cajas ciegas o cajas sorpresa, en las que el comprador no sabe qué diseño exacto obtendrá hasta abrirla. Además, cada serie incluye uno o más diseños secretos muy escasos (típicamente con probabilidad 1/72) que son difícilisimos de conseguir. Esta táctica genera un potente efecto FOMO (“miedo a perderse algo”): los fans hacen fila en tiendas Pop Mart de todo el mundo con la esperanza de obtener una figura rara. Las ediciones se lanzan en cantidades limitadas y se agotan en minutos, creando una sensación de exclusividad y urgencia. Como resultado, ha emergido un mercado de reventa muy activo donde Labubus populares se venden a precios muy superiores. Por ejemplo, en reventa en sitios como StockX, sets de 6 Labubus (precio minorista ~$168) han alcanzado $310 dólares, y las piezas secret o ediciones especiales pueden costar varios cientos o miles de dólares. Un caso extremo: en junio de 2025 se subastó en Pekín un Labubu gigante (1,2 m de alto, color verde pastel) por alrededor de $150.000 dólares– récord absoluto para la línea. Esta escasez programada, sumada al elemento lúdico de la sorpresa, gamifica la compra y hace que muchos compradores repitan una y otra vez la experiencia (“¿quizá el siguiente me toque el raro?”). Pop Mart demuestra así el poder de crear exclusividad: convertir un producto en un “tesoro” accesible solo para quienes se apresuran o tienen suerte.
Eventos, experiencias y comunidad: Pop Mart ha construido todo un ecosistema alrededor de Labubu que va más allá de la venta tradicional. La empresa organiza lanzamientos globales simultáneos, aperturas de tiendas flagship y pop-ups temporales que se convierten en eventos concurridos. Por ejemplo, el lanzamiento mundial de la serie “High Energy Ahead” de Labubu en abril de 2025 causó filas de varias manzanas en la tienda de Los Ángeles, con fans llegando de madrugada. En Londres, Beijing o Shanghái se repiten escenas similares. Pop Mart también ha instalado más de 2.000 máquinas expendedoras (roboshops) de sus juguetes en ciudades de todo el mundo, acercando la experiencia de la “caja sorpresa” a centros comerciales, aeropuertos y parques. La presencia física global de la marca –con tiendas en más de 30 países (incluyendo EE.UU., Reino Unido, Singapur, Australia, Francia, Alemania, etc.)– ha permitido que la fiebre Labubu se expanda rápidamente. Además, Pop Mart supo capitalizar el auge de las redes sociales: incentivó a los fans a compartir sus unboxings y colecciones, e incluso famosos influencers (como la estrella de Real Housewives Crystal Kung Minkoff) se sumaron haciendo videos donde preguntan “¿Ya te uniste a la moda Labubu?”. Se ha creado así una comunidad global de coleccionistas, donde intercambian figuras, comentan novedades y refuerzan el entusiasmo colectivo. Esta comunidad autogestionada funciona como el mejor marketing viral: “tus clientes se vuelven tus embajadores”. Cabe destacar que Pop Mart ha tenido que gestionar también el éxito: ante la avalancha de demanda y problemas como reventas abusivas y compradores agresivos, ha implementado sistemas de compra con registro de nombre real y límites por cliente, e incluso llegó a pausar la venta de Labubus en sus 16 tiendas del Reino Unido por unas semanas en 2025 para evitar altercados físicos entre compradores.
Colaboraciones y extensiones de marca: Pop Mart y el creador Kasing Lung han potenciado el atractivo de Labubu mediante colaboraciones estratégicas y diversificación de productos. En cuanto a colabs con otras marcas, han lanzado ediciones temáticas de Labubu x Coca-Cola (serie especial de invierno 2024 con 11 figuritas Labubu con motivos de Coca-Cola), y una colección Labubu x One Piece (principios de 2025, con 13 diseños de Labubu y sus amigos caracterizados como personajes del famoso manga). Estas alianzas con propiedades globales amplían el atractivo de Labubu a fans de esas franquicias y generan mucho buzz. Asimismo, Labubu se ha integrado en el mundo de la moda: en agosto de 2025 saldrá una cápsula de camisetas Labubu x Uniqlo UT en tiendas Uniqlo de Japón y Asia, llevando el estilo de Labubu y The Monsters a la ropa casual. También se han producido colecciones de accesorios (fundas de teléfono, llaveros, bolsos) y figuras de distintos tamaños (vinilos mini de 8 cm hasta piezas Mega de 80 cm), lo cual abarca distintos segmentos de precio (desde ~$20 hasta ~$960 en retail). Pop Mart incluso instaló una tienda dentro del museo del Louvre en París, donde vende en exclusiva la serie artística “Labubu’s Artistic Quest” – un guiño al cruce de arte y juguete de lujo en un entorno cultural. En mercados occidentales, la marca ha realizado pop-ups en Los Ángeles y Londres, colaboraciones con artistas locales (por ejemplo, línea “Street Elf” con un grafitero neoyorquino) y ediciones exclusivas para minoristas como Hamleys en Londres. Todas estas estrategias posicionan a Labubu no solo como juguete, sino como marca de diseño trendy, presente en contextos de arte, moda y coleccionismo. La consecuencia es una percepción de marca muy premium: Labubu pasó de nicho a tener un halo de artículo de lujo/pop (similar a Bearbrick o a ciertos sneakers de colección), con celebridades y marcas de alta gama integrándolo en su mundo.
Gracias a estas estrategias, Labubu se convirtió en un caso de estudio de marketing moderno. Combinando exclusividad, narrativa y social media, Pop Mart logró que un “monstruo de peluche con dientes” agotara inventarios y se volviera una lección para marcas de todo el mundo. Los resultados de negocio lo reflejan: en 2024, gracias al furor Labubu, Pop Mart duplicó sus ingresos a 13.040 millones de yuanes (~US$1.810 millones), con el segmento de juguetes de peluche (principalmente Labubu) creciendo más de 1200% y representando ya el 22% de sus ventas. La línea Labubu (The Monsters) facturó unos US$419 millones en 2024, un salto de 726,6% anual, y en la primera mitad de 2025 Pop Mart anticipó otro +200% en ingresos y +350% en ganancias. Su valor bursátil superó los US$44.000 millones en 2025 (más que la suma de Sanrio, Hasbro y Mattel), y el fundador Wang Ning se convirtió en multimillonario top 10 en China. En palabras del propio Wang, “Labubu con sus orejas puntiagudas trasciende el lenguaje, pero su esencia está arraigada en la comprensión china de la cultura juvenil global”. Es decir, Pop Mart supo crear un producto local con vocación global, compitiendo de tú a tú con los gigantes del entretenimiento.

3. Comparación con otros juguetes de diseñador: Labubu vs. Bearbrick, Molly y Sonny Angel
El auge de Labubu suele compararse con otros juguetes de diseñador coleccionables que han sido populares en años recientes. A continuación, contrastamos a Labubu con Bearbrick, Molly (otra figura de Pop Mart) y Sonny Angel, en cuanto a diseño, público objetivo, percepción de marca y comunidad:
Bearbrick (Medicom Toy): Nacido en Japón en 2001, Bearbrick es un pionero de los art toys de colección. Su diseño es minimalista: un oso estilizado y modular, con distintas escalas (tradicionalmente 100%, 400%, 1000% correspondiendo a ~7 cm, ~28 cm y ~70 cm de altura). A diferencia de Labubu (que cambia de atuendo en cada figura), los Bearbricks mantienen la misma forma de oso y sirven de lienzo en blanco para colaboraciones artísticas. Medicom ha lanzado Bearbricks en colaboración con marcas de lujo (Chanel, Hermès, Louis Vuitton) y artistas contemporáneos de renombre (Kaws, Murakami, Basquiat, etc.), elevándolos a la categoría de objeto de arte y moda. El público objetivo de Bearbrick tiende a ser coleccionistas adultos, a menudo aficionados al arte urbano, la moda streetwear y el diseño. Un Bearbrick grande se exhibe como una pieza decorativa tanto en galerías como en salones de famosos. La percepción de marca es muy premium y artística: son vistos como esculturas de vinilo codiciadas, con tiradas limitadas que alcanzan precios exorbitantes en reventa (ciertas ediciones raras se han subastado por decenas de miles de dólares). La comunidad de Bearbrick existe desde hace dos décadas e incluye a entusiastas globales, pero es más de nicho y especializada (ferias de arte, foros de coleccionismo, etc.), comparada con la viralidad masiva y juvenil de Labubu. En resumen, Bearbrick es un ícono del arte pop y el coleccionismo establecido desde hace años, mientras que Labubu representa la nueva ola impulsada por redes sociales y con un perfil más cute y accesible.
Molly (Pop Mart): Antes de Labubu, la cara emblemática de Pop Mart era Molly. Creada en 2006 por el artista de Hong Kong Kenny Wong, Molly es una niña de ojos grandes azul claro y gesto de puchero, inspirada en una niña real que Wong conoció en un evento artístico. Pop Mart licenció a Molly en 2016, y fue su primer gran éxito en China, encabezando ventas de blind boxes y allanando el camino para fenómenos posteriores. En cuanto a diseño, Molly tiene una estética más dulce y tradicionalmente “kawaii”: parece una muñequita o “little princess”, usualmente presentada con distintos disfraces temáticos (astronauta en Space Molly, panadera en Carb Lover Molly, etc. ). A diferencia de Labubu (un ser fantástico), Molly es humana y eso le da un encanto distinto, más cercano a las muñecas clásicas tipo Blythe o Barbie pero en formato vinilo de diseñador. El público objetivo de Molly ha sido principalmente jóvenes (especialmente mujeres) en Asia que se identifican con su estética linda y fashion. De hecho, Molly inauguró la tendencia de chicas coleccionando blind boxes en China a fines de 2010s. La percepción de marca de Molly es la de un icono tierno y artístico: representa la fase inicial de Pop Mart, cuando conquistó el mercado asiático con la cultura del “chibi” adorable. Si Labubu es travieso y edgy, Molly es ingenua y soñadora en su personalidad de marca. La comunidad de Molly fue muy grande en China (intercambios en Xiaohongshu/Red, exhibiciones de colecciones completas, etc.), aunque no alcanzó la viralidad global que Labubu tiene ahora. Molly sí logró cierta presencia internacional en el circuito de art toys (por ejemplo, la figura Space Molly tuvo demanda global, con ediciones Mega costosas), pero no se volvió tendencia en TikTok ni atrajo a celebridades occidentales de la forma que Labubu lo hizo. En síntesis, Molly y Labubu comparten el modelo de negocio (cajas sorpresa, series temáticas), pero Molly se asocia a lo “cute clásico” y al mercado asiático pre-2023, mientras Labubu representa lo “cute raro” que conquistó Occidente en 2024–2025.
Sonny Angel (Dreams Inc.): Es un pequeño angelito desnudo con alas y sombreros intercambiables, creado en 2004 en Japón por Toru Soeya. Sonny Angel precede tanto a Molly como a Labubu en la categoría de mini-figuras sorpresa: fue popular entre jóvenes japonesas como un objeto “que trae felicidad” y alivia el estrés, según el lema oficial “He may bring you happiness”. En diseño, Sonny Angel está inspirado en el clásico bebé Kewpie de mejillas redondas; sus atributos (ojos grandes mirando hacia arriba, frente amplia, cuerpo regordete) apelan al instinto de ternura maternal en el cerebro humano. Es, en esencia, puro kawaii: adorable e inocente. El público objetivo original fueron mujeres jóvenes en Japón buscando un pequeño amuleto lindo de escritorio, aunque con los años se extendió a coleccionistas de todo el mundo que aprecian lo mono (cute enthusiasts). La percepción de marca de Sonny Angel es la de un coleccionable relajado y positivo: un muñequito que “te hace feliz” con su sola presencia, sin aspiraciones de lujo ni rebeldía. No nació ligado a moda ni alta cultura, sino más bien a la cultura pop japonesa cotidiana (similar a recoger figuritas sorpresa por diversión). Su comunidad ha sido discreta pero constante durante décadas, compartiendo fotos creativas de Sonny Angels en diferentes entornos (hay miles de imágenes en Instagram presentándolos entre plantas, postres, etc.). En 2023, curiosamente, Sonny Angel tuvo un resurgir en TikTok: se volvieron virales en EE.UU. a fines de ese año, al punto de aparecer en un sketch paródico de Saturday Night Live por la locura que causaban y la escasez en tiendasvox.com. Celebridades como Bella Hadid o Victoria Beckham también mostraron sus Sonny Angels en redesvox.com. Sin embargo, la magnitud de la tendencia Sonny Angel ha sido más localizada y breve en comparación a Labubu. En términos de precios, Sonny Angel es relativamente accesible (unos $10 por figura ciegavox.com) y, si bien existen ediciones secretas muy buscadas (un Sonny Angel raro puede revenderse en cientos o incluso ~$3000 dólares según reportes)reddit.com, el componente de especulación y lujo es mucho menor que con Labubu o Bearbrick. Podemos decir que Sonny Angel representa el extremo “angelical” de lo cute coleccionable, mientras Labubu el extremo “travieso-monstruoso”, ambos exitosos en distintos momentos y contextos.
En perspectiva comparativa, Labubu ha logrado algo singular: tomar elementos de cada uno de estos fenómenos y combinarlos en un nuevo fenómeno híbrido. Tiene la exclusividad y hype global que vemos en Bearbricks, el formato de blind-box y ternura artística de Molly, y la cercanía emocional kawaii de Sonny Angel – todo potenciado por el efecto multiplicador de TikTok. Además, Labubu está sirviendo como embajador del diseño chino en el mundo, rompiendo el dominio histórico de personajes japoneses o occidentales. Esto ha sido destacado como un triunfo de soft power cultural: un producto chino (de Pop Mart) conquistando mercados y tendencias globales. Así, Labubu se distingue por fusionar arte, cultura pop y marketing de forma magistral, creando un fenómeno que trasciende lo logrado individualmente por Bearbrick, Molly o Sonny Angel.
4. Popularidad de Labubu en diferentes regiones del mundo
Aunque Labubu surge de Asia, su popularidad es ya planetaria, con matices interesantes en cada región. Veamos el alcance y recepción en China, Sudeste Asiático (incl. Japón), Occidente (EE.UU. y Europa), y algunos casos peculiares:
China (y Hong Kong): Es la cuna de Labubu y donde antes se hizo famoso. Tras la asociación con Pop Mart en 2019, Labubu rápidamente ganó seguidores entre los coleccionistas chinos, rompiendo récords internos de ventas de juguetes artísticos en su primera generación. En China, la fiebre por los blind boxes venía en ascenso con Molly, Dimoo y otros personajes de Pop Mart, pero Labubu la llevó a otro nivel. Para 2021–22 ya era uno de los IP estrella de la marca. En 2020 Pop Mart salió a bolsa en Hong Kong y su gran activo eran personajes como Labubu, con una valoración inicial de US$6900 millones(creciendo luego espectacularmente gracias a Labubu, como vimos). En 2023–2024, Labubu se volvió un fenómeno masivo en China: largas filas en las tiendas de Beijing, Shanghái, Guangzhou cada vez que salía una nueva serie; reventas en plataformas locales (Xianyu, etc.) a precios altísimos; y omnipresencia en redes como Weibo, Douyin (TikTok chino) y Xiaohongshu. La comunidad china de Labubu incluye mayormente a jóvenes millennials y Gen Z, con un perfil bastante equilibrado en género (aunque al inicio las coleccionistas mujeres eran mayoría, cada vez más hombres se sumaron atraídos por el hype). Un dato notable es que crashó la web de Pop Mart al menos en una ocasión por exceso de demanda de Labubu. Además, han proliferado los imitadores y falsificaciones (“Lafufu” les llaman jocosos) al punto que tanto Pop Mart como coleccionistas han tomado interés en distinguir y hasta coleccionar algunos de estos clones curiosos. En Hong Kong, tierra natal del artista Kasing Lung, Labubu también es enormemente popular: se han realizado exposiciones de arte con sus obras (ej: exhibición “Coloured Fairyland” en Harbour City en 2017) y eventos con fans veteranos que seguían a Kasing antes del boom. En resumen, en China Labubu es un fenómeno cultural generalizado, con ventas millonarias (en el primer semestre de 2024 la línea generó ¥6.3 mil millones, ~US$870 millones) y contribuyendo a posicionar a Pop Mart a la altura de gigantes como Mattel o Hasbro.
Sudeste Asiático y Japón: El resto de Asia oriental ha sido conquistada casi en paralelo. Un caso emblemático es Tailandia: después de que la cantante Lisa (de origen tailandés) mostrara su amor por Labubu en redes en abril de 2024, en Tailandia explotó una verdadera “Labubu-manía”. Labubu se volvió un símbolo pop hasta el punto de asociarse con la buena suerte (como mencionamos, thais convertían la imagen en amuletos y tatuajes). Incluso una princesa de la realeza tailandesa, Sirivannavari, llegó a aparecer en público llevando merch de Labubu en 2024, validando su estatus trendy. En países vecinos como Singapur, Malasia, Filipinas, también se popularizó fuertemente vía TikTok y por la diáspora fan de cultura K-pop/J-pop. Pop Mart había entrado tempranamente en Singapur (abrió allí su primera tienda internacional en 2019), así que ya había base, pero Labubu aceleró la fiebre. En Japón, un mercado exigente dominado por sus propios personajes (Hello Kitty, etc.), Labubu ha encontrado terreno: Pop Mart realizó pop-ups en Tokio en 2022 y colaboró con Line Friends (personajes locales populares) para ganar tracción. Hacia 2024 ya contaba con seguidores japoneses atraídos por su conexión kawaii y el furor global. De hecho, la colaboración oficial con Uniqlo UT (marca japonesa) en 2025 demuestra la aceptación: Labubu estampa camisetas en Japón, algo impensable para un personaje chino hace años. Pese a ello, cabe señalar que en Japón la estética de Labubu (monstruo algo “feo”) podría considerarse menos convencional que la de Sonny Angel o Rilakkuma; su popularidad allí si bien creciente, quizá no alcanza los niveles de China o USA. Corea del Sur también merece mención: Pop Mart hizo pop-ups en Seúl y encontró gran recibimiento entre fans del K-pop y la moda coreana. Al formar parte del estilo de Lisa y otras estrellas, Labubu se volvió un accesorio cool también para jóvenes coreanos. En conclusión Asia: Labubu se ha integrado a la cultura juvenil pan-asiática, mezclándose con tendencias locales (amuletos en Tailandia, moda callejera en Japón/Corea) y consolidando la presencia de Pop Mart en todo el continente.
Estados Unidos: A finales de 2022, Pop Mart puso la mira en Occidente, pero fue en 2024–2025 cuando Labubu realmente “prendió” en EE.UU.. Al inicio, la venta era principalmente en línea y a través de ferias de diseño (Comic Con, DesignerCon). Sin embargo, tras la viralidad en TikTok y el apoyo de celebridades estadounidenses, el fenómeno se aceleró. Rihanna posteó fotos de su Labubu, Kylie Jenner mostró que su hija Stormi colecciona decenas de Labubus, la gimnasta Simone Biles y actrices como Hilary Duff también sacaron los suyos. Incluso Madonna compartió imágenes con Labubus, señal de que penetró la cultura pop a distintos niveles. Pop Mart, por su parte, abrió tiendas en Los Ángeles y Nueva York en 2021, e instaló máquinas expendedoras en lugares como el Mall of America (Minnesota). En 2024 inauguró una tienda en Londres y planea más en Europa, pero volviendo a EE.UU.: en abril de 2025, con el lanzamiento de la 3ª generación de peluches Labubu, la aplicación oficial de Pop Mart alcanzó el #1 en descargas de la App Store (categoría Shopping) en EE.UU. Las ventas en América crecieron casi 900% interanual en el 1er trimestre de 2025. Ciudades como Los Ángeles vieron multitudes comprando Labubu (hubo colas de madrugada en la tienda de Hollywood), y en Nueva York medios como New York Magazine reseñaron el fenómeno, describiendo su atractivo “difícil de explicar – feo pero abrazable, con sonrisa diabólica – sumado a la sorpresa y la escasez”. La prensa mainstream (NBC, Vox, E! News, etc.) también se hizo eco, explicando “qué es Labubu” al público general. Hoy en EE.UU. Labubu es tanto un coleccionable de moda (se ve en festivales, eventos de moda urbana) como un hobby viral (gente haciendo hunts para conseguirlos). No obstante, su demanda desbordada ha generado problemas: en mayo de 2025 se reportaron peleas en tiendas por Labubus agotados, y Pop Mart UK (que cubre también EE.UU. online) tuvo que pausar ventas para calmar las aguas. En Estados Unidos, la comunidad incluye fans de distintos orígenes: coleccionistas de juguetes, aficionados a la moda street, y muchos Gen Z enganchados por TikTok. Labubu aquí compite con tendencias locales (por ejemplo, Squishmallows o Funko Pops), pero se diferencia por su aura de exclusividad y la conexión con la cultura asiática global (K-pop, etc.).
Europa: En Europa occidental, Labubu llegó un poco más tarde pero con impacto notable en 2024–2025. Reino Unido fue de los primeros focos: Pop Mart abrió tienda en Londres en 2022 y hacia 2024 ya había enormes filas de británicos esperando los lanzamientos. La prensa británica reportó la “llegada del fenómeno plushie asiático”, comparándolo con la fiebre de los Beanie Babies de los 90 pero en versión 2020s. Celebridades europeas también se sumaron: por ejemplo, la cantante Dua Lipa fue fotografiada en el aeropuerto de Nueva York con varios Labubus colgando de su bolso Hermès, mostrando su afición sin disimulo. El exfutbolista David Beckham exhibió en redes un Labubu blanco que su hija Harper le regaló, colgado de su maletín, lo que atrajo atención incluso de públicos que no estaban al tanto. En países como Francia y Alemania, Pop Mart abrió tiendas físicas en 2023–24y la respuesta ha sido positiva, potenciada por la ola en redes. En París, la ya mencionada presencia de Pop Mart en el Louvre indica la apuesta por inserción cultural. En España, si bien Pop Mart no tiene tienda propia aún, el fenómeno es conocido gracias a las redes y a la prensa: medios españoles han llamado a Labubu “el peluche travieso que conquista adultos, redes y mercados globales”, destacando que incluso está desbancando a Barbie en atención mediática reciente. Coleccionistas españoles pueden comprar Labubu online o en tiendas importadoras, y ciudades como Barcelona vieron eventos de fans e incluso filas en tiendas pop-up ocasionales. En general, en Europa Labubu es visto como una moda exótica y cool venida de Asia: los consumidores occidentales abrazan la novedad y la exclusividad que representa. Aun así, ha habido también reacciones encontradas en ciertos sectores: en Rusia, por ejemplo, a algunos legisladores les inquietó la “apariencia aterradora” de Labubu y propusieron prohibirlo argumentando (sin base científica) que podría asustar a los niños. Y en Iraq (Kurdistán) llegaron a incautar cargamentos de Labubu en 2025 y prohibir su venta tras rumores infundados de que “contenían espíritus demoníacos” y causaban mal comportamiento en niños. Estas anécdotas reflejan cómo la expansión global trae también choques culturales: lo que en gran parte del mundo se ve como adorable, en otros lugares más conservadores se ha interpretado de forma negativa. Con todo, esos casos son aislados; la tónica general en las regiones donde Labubu ha llegado es una rápida adopción seguida de fervor coleccionista.
En suma, Labubu ha logrado una penetración global impresionante en tiempo récord. Desde las grandes urbes de China hasta Los Ángeles, Londres o Bangkok, se repite el fenómeno de fans haciendo cola, publicaciones virales de sus Labubus y una demanda que a veces excede la oferta disponible. Esto ha posicionado a Labubu como símbolo de la cultura juvenil globalizada: un personaje capaz de saltar barreras idiomáticas y culturales (sus orejitas picudas “transcienden el lenguaje” decía Wang Ning) y resonar con públicos diversos. También ha demostrado cómo un diseño original chino puede triunfar internacionalmente, abriendo puertas a más creaciones asiáticas en el panorama del entretenimiento mundial.
5. Resumen visual: datos clave de Labubu vs. otros y evolución temporal
Para cerrar, presentamos dos cuadros comparativos que sintetizan información clave:
a) Comparativa de Labubu con Bearbrick, Molly y Sonny Angel: diferencias en diseño, estrategia y público:
Aspecto | Labubu (Pop Mart, 2015) | Bearbrick (Medicom, 2001) | Molly (Pop Mart, 2006) | Sonny Angel (Dreams, 2004) |
Origen & Creador | Hong Kong (China). Diseñado por Kasing Lung, inspirado en folklore nórdico. Adoptado por Pop Mart en 2019. | Japón. Diseñado por Medicom Toy. Nombre viene de oso + brick, forma inspirada en figuras Kubrick. | Hong Kong (China). Creado por Kenny Wong (Kennyswork), personaje basado en una niña real. Pop Mart lo populariza desde 2016. | Japón. Creado por Toru “Sonny” Soeya, inspirado en bebés Kewpie y pensado para alegrar a jóvenes trabajadoras. |
Diseño & Estética | Pequeño elfo/monstruo peludo con orejas largas y sonrisa dentada. Estilo cute-creepy único: “lindo pero raro”. Variantes de color/tema (bosque, circo, etc.), siempre reconocible por sus 9 dientes y mirada traviesa. | Oso antropomorfo modular. Diseño minimalista y fijo en forma; diferentes estampados/colores según colaboración. Varios tamaños (100%, 400%, 1000%). Se percibe como lienzo para arte de otros. | Niña de rostro dulce (ojos azules grandes, boca en puchero). Estética kawaii clásica; figura estática con distintos atuendos (astronauta, princesa, etc.) Representa inocencia y moda tierna. | Querubín desnudo con alas (3–4 cm). Rasgos de bebé (ojos redondos, cabeza grande) y sombreros temáticos (frutas, animales, etc.). Estética adorable y nostálgica (evoca muñecos vintage). |
Formato de venta | Blind box (caja sorpresa) por serie temática. Cada serie ~12 diseños + “secret” 1/72 difícil. También figuras Mega grandes y peluches/llaveros. Precio retail ~$20–30. | Varía: series ciegas para los Bearbrick 100% pequeños, y venta individual numerada para ediciones grandes. Diferentes colecciones por artista/brand. Precios retail muy variables (desde ~$5 el mini hasta >$500 un 1000% nuevo). | Blind box por series (Molly clásica, Molly Astronauta, etc.). Precio similar a Labubu (~$10–15 la caja). También ediciones Mega (Molly 1000%) costosas (~HK$7.300, unos $930). | Blind box por series (animales, frutas, etc.). Precio accesible (~$10 cada una). Muy difundido en tiendas regalo. Series con chase (secret raros) pero menos énfasis en reventa. |
Estrategia comercial | Ediciones limitadas, altas dosis de exclusividad y marketing de escasez (se agotan rápido, fomenta reventa). Enorme presencia en redes sociales (unboxing, retos TikTok). Colaboraciones con marcas globales (Coca-Cola, One Piece, Uniqlo). Eventos de lanzamiento multitudinarios y tiendas propias en todo el mundo. | Estrategia basada en colaboraciones de prestigio (artistas, marcas lujo) para crear piezas deseables. Producción limitada por diseño, orientada a coleccionistas de arte. Menos énfasis en redes masivas; su promoción es más por galerías, blogs de diseño y boca a boca en nichos de moda. | Apalancó la nostalgia y ternura para conquistar el mercado chino de blind boxes a fines de 2010s. Colaboraciones sobre todo internas (p. ej. Molly x Dimoo). Estrategia de diversidad: Molly adopta mil disfraces/temáticas para seguir vigente. En marketing, Pop Mart la posicionó como figura insignia en sus tiendas y eventos pre-2020, pero internacionalmente su promoción fue limitada comparada a Labubu. | Vendido como detalle “que te alegra el día” más que item de lujo. Marketing apelativo: es barato coleccionar muchos diferentes (estrategia de amplitud). No tuvo grandes colaboraciones con marcas externas, mantiene su propio universo (flores, animales, etc.). En 2023 el fenómeno se viralizó un poco en TikTok US espontáneamente, no tanto por empuje de la empresa. |
Público y comunidad | Comunidad global y joven (Gen Z y millennials) muy activa en TikTok/IG. Perfil unisex. Muchos vienen de moda urbana, fans de K-pop, coleccionistas modernos. Ven a Labubu como cool y divertido, casi un símbolo de estatus alternativo. La comunidad es gigante y auto-organizada: intercambios en redes, fanarts, clubs de fans. También ha generado sub-comunidades (p.ej. intercambiar Lafufus falsos por humor). | Público coleccionista/artístico: jóvenes adultos y veteranos del streetwear, arte urbano, diseño gráfico. Comunidad más pequeña pero apasionada: foros especializados, exhibiciones de colección. Bearbrick es un símbolo de cultura pop sofisticada; poseer uno (especialmente ediciones 1000% raras) denota cierto estatus en círculos de arte/diseño. | Público principalmente asiático (China), sobre todo chicas y mujeres jóvenes que conectan con la estética cute. Comunidad muy desarrollada en China: había foros y meetups de fans de Molly, pero fuera de Asia su comunidad es más discreta. La ven como un icono “mono” y coleccionable, con valor sentimental. | Público mayoritario femenino (aunque no excluyente), fans de la cultura kawaii en Asia, Europa y América. Comunidad de nicho pero internacional (hay clubs de fans en varios países). La perciben como entrañable y calmante, más un hobby tierno que un artículo de moda. Recientemente atrajo a Gen Z occidental por viralidad, sumándose a su base fiel de años. |
b) Cronología del fenómeno Labubu: eventos importantes y hitos de su crecimiento global:
2015 – Nacimiento: Kasing Lung (Hong Kong) presenta a Labubu en su trilogía ilustrada The Monsters, inspirada en leyendas nórdicas. Se lanzan primeras figuritas de Labubu (resina/vinilo) de la mano de la compañía How2Work en Asia.
2019 – Salto a Pop Mart: Labubu firma licencia exclusiva con Pop Mart. Debuta la primera serie Labubu The Monsters en cajas sorpresa, rompiendo récords de ventas en la categoría art toy de la empresa. Labubu se vuelve uno de los productos estrella en China, impulsando a Pop Mart a abrir su tienda online ese año y sentando bases para la expansión.
2020 – Expansión empresarial: Pop Mart realiza su OPV en Hong Kong en diciembre 2020 con una valoración de ~US$7000 millones, apoyada en el éxito de sus IP (Molly, Labubu, etc.). Labubu aún es principalmente popular en China, pero Pop Mart empieza a planear expansión global (abren tienda en Singapur, primeras máquinas en EE.UU.).
2022 – Cruzando fronteras: Videos de unboxing de Labubu empiezan a circular fuera de China, generando curiosidad internacional. Pop Mart inaugura tienda en Londres y pop-ups en Seúl y Tokio. Se lanza la serie Labubu Halloween y otras que consolidan fanáticos en Asia. Labubu aún era poco conocido en occidente a fines de 2022, pero la semilla viral estaba plantada vía TikTok.
2023 – Formato llavero y despegue comercial: En respuesta a la demanda, Pop Mart lanza en octubre 2023 la serie Labubu Exciting Macaron – versiones peluche/llavero más asequibles y portátiles. Esto convierte a Labubu en un accesorio de moda literal. La accesibilidad del llavero (precio ~$25) hace que más gente se enganche. A finales de 2023, Labubu empieza a aparecer como tendencia emergente en redes de EE.UU. (ej. vídeos en YouTube de “Internet’s new obsession”). Pop Mart reporta para 2023 un fuerte crecimiento pero el boom viene en Q1 2024.
Principios de 2024 – Viralización global: En abril, Lisa (BLACKPINK) publica fotos y vídeos con varios Labubus (vinilo y peluche), proclamándose fan. Este hecho se vuelve viral a nivel mundial (especialmente en Asia y EE.UU.), detonando la “Labubu fever” internacional. Otros famosos se suman rápidamente durante 2024: Rihanna, Kim Kardashian, Dua Lipa, Madonna, Beckham, etc. muestran sus Labubus. Las redes se inundan de contenido Labubu (TikTok #Labubu alcanza millones de vídeos). Ventas: Gracias a Labubu, Pop Mart cierra 2024 con ingresos récord de ¥13 mil millones (+100% interanual) y la categoría Labubu crece +726%. Labubu ya genera más ingresos que líneas clásicas como Molly. Se agotan todas las existencias; surge un robusto mercado de reventa global.
Finales 2024 – Consagración y desafíos: Labubu se consolida como fenómeno global de cultura pop. Aparece en eventos de moda (gente llevándolo a Fashion Weeks como adorno), y la revista New York Magazine lo destaca como el juguete it de la temporada, comparándolo con Jellycats y difuminando la línea entre juguete y accesorio fashion. Al mismo tiempo, surgen problemas: escasez crónica, especulación (scalpers comprando en masa para revender), y primeras polémicas (algunos padres cuestionan si su aspecto es apto para niños pequeños, aunque la mayoría de compradores son adultos). Pop Mart implementa medidas anti-scalping (compra nominal, límites). También lanza nuevos productos para diversificar: peluches grandes, cojines, ropa, intentando que Labubu no canse al público.
2025 – Auge máximo y diversificación: En la primera mitad de 2025, Labubu alcanza hitos notables: en enero-marzo, la demanda en occidente se dispara (ventas en América +895%, app #1 en EE.UU.). En mayo, Pop Mart temporalmente suspende ventas en UK ante escenas de caos en tiendasaliza la primera subasta oficial de Labubu en Beijing, alcanzando ~$170k por una pieza gigante. Se anuncian grandes colaboraciones de Labubu con marcas (Coca-Cola, One Piece) y proyectos multimedia: está en producción una serie animada de 156 episodios cortos prevista para estrenarse en 2025. Labubu también ingresa de lleno a la moda con la cápsula Uniqlo UT (agosto 2025), y sigue apareciendo en redes de celebridades (por ej., en julio 2025 Emma Roberts publica entusiasmada que “su sueño se cumplió” al conseguir un Labubu tras hacer cola). Mientras tanto, se reportan casos pintorescos: parlamentos como el de Rusia debatiendo vetos por su “imagen aterradora” para niños, o decomisos en Medio Oriente por supersticiones locales, lo que refleja que Labubu literalmente llegó a todos los rincones y fue interpretado de distintas maneras. Hacia mediados de 2025, expertos se preguntan cuánto durará el fenómeno; algunos sugieren que mantener el interés requerirá innovar más allá de la escasez para evitar fatiga. No obstante, hasta ahora Labubu se mantiene fresco con lanzamientos constantes y una comunidad fiel. Su impacto ya es histórico: nunca un art toy chino había alcanzado tal nivel de reconocimiento internacional.
Conclusión: El personaje Labubu se ha convertido en un fenómeno global por la confluencia de razones culturales (diseño “cute-creepy” atractivo, nostalgia, apoyo de celebridades, viralidad en redes) y razones de mercado (marketing de escasez, blind boxes, colaboraciones estratégicas, distribución mundial eficaz). A diferencia de modas pasajeras, Labubu parece encapsular el espíritu de esta época: la búsqueda de conexión emocional y comunidad alrededor de un objeto físico en plena era digital. Ha redefinido el modo en que se consumen juguetes y accesorios, borrando fronteras entre juguete, moda y arte. Como señalaba Forbes, “Labubu no es solo otro juguete viral; es un caso de éxito en construcción de marca moderna”, combinando magistralmente escasez, narrativa y redes sociales para generar una demanda global sin precedentes. Su historia ofrece lecciones a marcas de todos los sectores sobre cómo crear significado y deseo en torno a un producto, y evidencia el creciente poder blando cultural de China al exportar tendencias globales. Habrá que observar si Labubu logra perdurar en el tiempo como icono (al estilo Hello Kitty o los Bearbricks) o si su magia reside principalmente en este momento. Por ahora, 2025 es indudablemente el año de Labubu, el pequeño monstruo travieso que conquistó al mundo.




